Este es un buenísimo artículo que escribió un alumno del Diplomado de afectividad, espero que les ayude a aclarar varios conceptos.
Magdalena de Fernández
LO AFECTIVO ES LO EFECTIVO
Por Orlando Cámbara
La sexualidad, omnipresente hoy día en nuestra sociedad, es mucho más que el mero placer físico. El acto sexual, sin amor responsable no pasa de ser un acto intrascendente y similar al acto genito-sexual de los animales; es decir, meramente instintivo. La sexualidad asumida con responsabilidad y afectividad es ante todo un acto de amor y entrega. Esta es la gran diferencia entre el sexo animal y el sexo humano personal.
Muchos jóvenes y adolescentes experimentan por primera vez las relaciones sexuales sin la preparación adecuada. Muchos adultos además, practican una sexualidad meramente física y corporal, sin descubrir y disfrutar de toda su belleza y riqueza afectiva. La sexualidad asumida como Dios manda y tal como ha sido diseñada para el disfrute y goce de las parejas debe ser más que la unión de dos cuerpos, la unión de dos almas, de dos mentes y voluntades en una entrega íntima, amorosa y respetuosa.
De ahí que se debe destacar la importancia de integrar la educación de la sexualidad en la formación del carácter y de la afectividad de las personas. De acuerdo con la evidencia científica arrojada por investigaciones realizadas por los expertos, la acción más eficaz en materia de educación, prevención y salud pública es el apoyo a la familia matrimonial y estable. Se ha constatado la tendencia en las sociedades mas avanzadas a difundir entre los jóvenes las ventajas de la abstinencia y la fidelidad, para mejorar su felicidad afectiva y para evitar las enfermedades de transmisión venérea. Se está cuestionando hoy la práctica del sexo “seguro” por sus resultados desastrosos para la formación del carácter y de la personalidad de los jóvenes.
Una educación que separa sexualidad, amor y compromiso, es reductiva y puede ser gravemente perjudicial para el futuro de los jóvenes. Los padres de familia, los educadores y líderes religiosos debemos preocuparnos de que nuestros niños y jóvenes reciban una formación en todos los aspectos de su persona, tomando muy en cuenta que el ser humano es un ser tripartito: bio-sico-social. Las políticas educativas de nuestro país en cuanto a sexualidad deberían ir en consonancia con lo anterior. Los libros de texto utilizados en la educación sexual escolar deben poseer rigor científico y tomar en cuenta los principios morales y espirituales que cree y comparte la mayoría de nuestra sociedad.
Un estudio reciente realizado por CONCULTURA manifiesta una autentica aspiración de los jóvenes a no ser manipulados engañosamente con la falacia del sexo seguro. Expone el deseo de los jóvenes de que sus progenitores hablen abierta y honestamente sobre los aspectos sexuales con ellos. En el mismo, reclaman su derecho a espacios abiertos para una verdadera formación del carácter y de la afectividad que garanticen su plena realización humana. Contrario a lo que se ha opinado, nuestros chicos sí están interesados en que padres y maestros hablemos con ellos de todos estos temas que se han manejado como tabúes en nuestra sociedad y lo sorprendente es que demandan que sean los padres quienes los aborden con suma franqueza.
El abordaje de la temática sexual debe evitar dos extremos: por un lado, hacerlo de manera puritana e hipócritamente; y por el otro, sin el fundamento científico ni ético. Urge enseñarles a nuestros jóvenes que el sexo es más que órganos sexuales, que hormonas en acción, es más que orgasmos, más que reproducción. Deben aprender que la sexualidad ha de ejercerse con amor, con cuidado, con aprecio de la persona amada. La sexualidad conlleva un profundo compromiso. De aquí que, al hablar de sexualidad debemos necesariamente hablar también de afectividad. Además, debemos recordar que en materia sexual lo afectivo es lo efectivo.
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